Publicado por ICSEB el 7 noviembre, 2008
Fecha de intervención: noviembre 2008
Hola me llamo Mª Teresa Sanz Belmonte, tengo 45 años, padezco síndrome de Arnold Chiari tipo I y esta es mi historia.
En el año 2000 sufrí un grave accidente de coche, en el cuál me fracturé las vértebras dorsales D2-D3-D4. Me recuperé bien a nivel traumatológico pero a partir de entonces empecé a sufrir numerosas contracturas tanto dorsales como cervicales. También empecé a tener reiteradamente dolor de cabeza y vértigos posiciónales, hasta que llegó el ataque de vértigo periférico, fue horrible e incluso tuve que ser ingresada para poder ser estabilizada. Me pusieron en tratamiento con Torecan y Serc para los vértigos y Myolastan para las contracturas de la espalda, pero no supieron diagnosticarme simplemente me remitieron de nuevo al traumatólogo.
Desde entonces ha sido un constante inicio de tratamientos (pastillas), RX, RM ……, pero siempre de la espalda – cervical, dorsal, lumbar y sacro- si que encontraban discopatías pero no eran lo suficientemente importantes para justificar los síntomas que yo refería, a si que la solución era seguir tomando pastillas.
En octubre del 2007 padecí otro ataque de vértigo periférico que me dejó en cama 4 días sin poder prácticamente moverme. Mi deterioro físico durante estos 7 años era evidente pero los médicos lo atribuían a un estado de estrés y cuadro de ansiedad y quizás tuvieran razón en que yo estaba estresada y ansiosa pero estaba ocasionado porque cada vez me encontraba peor y ningún médico sabía decirme que es lo que me pasaba.
En julio del 2008 la Doctora Jorge de la Mutua de la empresa donde trabajo, me solicitó (a petición mía) una RM de cráneo y fue cuando me diagnosticaron síndrome de Arnold Chiari tipo I. Acto seguido fui visitada por un neurólogo que confirmó el diagnóstico y me remitió urgentemente al neurocirujano.
En esos momentos la sintomatología que presentaba ya, era la siguiente.
Una vez solicitada la visita al servicio de neurocirugía de la SS, y a la espera de que me citaran, empecé a buscar información por internet referente a mi enfermedad y sobre todo a como podía curarme.
Resumiendo, el tratamiento tenia que ser quirúrgico y encontré dos opciones que yo he denominado Clásico y Alternativo.
Quirúrgico clásico: Seguridad Social. CRANEICTOMIA (descompresión occipital).
Consiste en abrir el cráneo desde el cuello hasta la parte alta de la cabeza, fijar “creo” las dos primeras vértebras cervicales, quitar parte del hueso occipital, acceder al cerebelo y subirlo hasta su posición normal. A mi parecer una salvajada que además no te ofrece ninguna garantía de éxito, puesto que solo descomprime pero no soluciona la raíz del problema.
Quirúrgico alternativo: Instituto Chiari de Barcelona. SECCION DEL FILUM TERMINALE.
El filum terminale es un ligamento que mantiene unida la médula con el hueso sacro y que ejerce una tensión sobre la misma. Si la tensión del filum es excesiva puede llegar a traccionar la médula y con ella al cerebelo que se encuentra en el extremo opuesto, además de provocar una anómala circulación del líquido cefaloraquídeo.
La intervención es muy sencilla y consiste en seccionar el filum terminale a la altura del sacro y el problema que origina todos mis males queda solucionado.
Evidentemente la segunda opción que encontré se convirtió en primera y llamé para programar una visita en el Instituto Chiari de Barcelona.
Fui visitada por el Dr. Oscar Cardone y posteriormente por el Dr. Miguel B. Royo Salvador. Me escucharon, me hicieron una exploración neurológica completísima, me confirmaron que toda la sintomatología que presentaba era debida al síndrome de Arnold Chiari I y me explicaron con toda clase de detalles la técnica quirúrgica que realizaban, en que consistía, como la desarrollaban y sus resultados. Cuando salí de allí ya había decidido operarme por ellos y 3 semanas más tarde el pasado 18 de noviembre del 2008 fui intervenida en la clínica CIMA.
RESULTADO: A las 6 h. de la operación ya notaba hormigueo en ambas manos, al día siguiente tenía recobrada toda la sensibilidad.
A los tres días dejaron de temblarme las manos, desapareció la tensión del cuello y las contracturas cervicales.
Después de catorce meses he dejado de estar mareada, no he vuelto a tener dolor de cabeza y vuelvo a tener estabilidad, Y SOLO HACE OCHO DIAS QUE FUI OPERADA.
No existen palabras que describan mi gratitud al Doctor Royo y a todo su equipo por lo que han hecho por mi.
Solo espero que mi experiencia sirva a otras personas para hacerles conocedoras de los beneficios de esta técnica quirúrgica y que si bien no puedas recuperarte en un 100% del daño que esta enfermedad ya te ha causado, sabes que NO avanzará más.
Como anécdota os comentaré, que dos días después de operarme, recibí en mi casa la carta de la S.S citándome para la visita con el neurocirujano para el 15 de junio del 2009. SIN COMENTARIOS.
Si queréis poneros en contacto conmigo para comentar alguna duda que tengáis, podéis hacerlo remitiéndome un e-mail: [email protected]
Un saludo.
M.Sanz.
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